Estamos atontando a nuestros alumnos y la responsabilidad es nuestra
El reciente examen de matemáticas de Selectividad de la Comunidad de País Vasco ha puesto de acuerdo a profesores y alumnos, creando un clima de indignación que ha llegado a formar colas de protesta, en las que se reclamaba por un supuesto examen que se alejaba mucho del paradigma de los últimos exámenes planteados en dicha prueba.
Más allá de la anécdota, la situación pone en evidencia para qué han estudiado durante 17 años estos estudiantes, y cómo se les ha evaluado. Seguimos instruyendo a nuestros alumnos sobre paradigmas conocidos, sobre la seguridad de nuestras reglas y caminos, en una sociedad tan cambiante y caótica, en la que, sin embargo, no hay nada seguro. Acotamos el currículo a un esquema, ya caduco, que nos permita a los profesores evaluar sobre lo que dominamos, y les damos a los alumnos las claves del éxito en este sistema, repitiendo a diario lo que han de hacer. Si un examen se desvía un milímetro de lo acordado (por ejemplo “Artículo de opinión”- Selectividad lengua) provoca un desasosiego y una desorientación en todo el mundo de la que tardamos semanas en recuperarnos.
Cada año me indigno durante las evaluaciones con mis compañeros porque acotan con precisión, reducen al mínimo, una lista de contenidos, para que los alumnos (que han pasado, por cierto, de ellos durante el curso) puedan seguir adelante, y crear así la sensación de un trabajo bien realizado respetando los índices de “calidad” que la institución les pide.
Estamos atontando a nuestros alumnos, seguimos atontando a nuestros alumnos, como nuestros profesores hicieron en su día con nosotros. Les llevamos de la mano por un mini-camino de seguridad que impide que desarrollen sus competencias, asegurando cada paso que dan, y haciéndoles rectificar si se salen un milímetro de la senda.
¿Dónde quedan la autonomía, la iniciativa, la capacidad de resolución de problemas, la creatividad? ¿Cómo vamos a tener trabajadores autónomos, emprendedores, creativos? ¿Cómo resolverán los problemas que le hemos generado nosotros a la sociedad las futuras generaciones si no le dejamos aprender?
Derecho a pataleo cada año tras las evaluaciones… Sé que muchos de los profesores que estáis leyendo esto en estos momentos estáis luchando por cambiar paradigmas, lo veo cada día en las redes. Sabed que contáis con algunos Quijotes dispuestos a intentar cambiar una educación que no nos gusta, y a compartir reflexiones y experiencias, para poder aprender y mejorar los procesos que hacen que los alumnos sean personas completas, autónomas y proactivas. Hoy os propongo un reto: evaluad a vuestros alumnos en lo que no saben. Proponedles un problema, una situación, un juego, un proyecto… algo a lo que no se han enfrentado. Dadles herramientas para que sepan ordenar el caos, identificar lo importante, estructurar el desorden, combinar lo raro y formar conceptos nuevos. Formemos alumnos creativos y con iniciativa.
Finalizaría parafraseando a Sir Ken robinson (me parece increíble que miles de profesores no conozcan todavía esta cita): “la creatividad se aprende igual que se aprende a leer”. Si los alumnos de Selectividad del País Vasco la hubieran trabajado cada día durante 17 años no hubiesen tenido los problemas que han tenido éste. A nadie sorprendería un ejercicio nuevo, o que no estuviera en el manual. Los alumnos resolverían el problema y ya. Pero no lo hacemos, la responsabilidad de este fracaso es nuestra.